Muchacha en una ventana (Salvador Dalí 1925)

jueves, 4 de noviembre de 2010

PARA ASUSTAR


    Desde Asturias (España), se acaba de crear una nueva unidad monetaria de cambio: “El Angulo. Se trata de una unidad virtual, no acuñada, de momento, por ningún banco emisor europeo, pero que, desde este momento,  podría ser empleada para las transacciones  que se realicen con un alto importe económico. El valor del angulo, a fecha 03 de noviembre de 2010, quedó fijado en la ilustre lonja de pescados de San Juan de La Arena, y hace referencia a la cotización de los primeros kilos de angulas capturados en la Ría del Nalón: 2.113,00 € el kilo (2.958 dólares USD o 1.845 libras GBP).


     No puedo asegurar si el nuevo valor monetario influirá psicológicamente, de forma positiva,  en la activación de las compras, dado que puede dar la sensación de que todo se ha vuelto más barato: un piso medio de 200.000,00 €, quedaría en poco más de 94 angulos y un buen coche de gama media-alta, que, actualmente, podría situarse en torno de los 50.000,00 €, se podría adquirir por poco más de 23 angulos; hasta el, desde ahora más famoso, cuadro de “La belle Romaine” de Amadeo Modigliani, subastado recientemente en Nueva York por la astronómica cifra de 68.962.500,00 dólares, se quedaría en la modesta cantidad de 32.608,00 angulos, que, dicho de esta manera, ya parece otra cosa. Lo que si me aventuro a afirmar, sin resquicio de duda, es lo burlados, escarnecidos y ninguneados que se sentirán los sufridos mileuristas al ver reducidos sus emolumentos a menos de 0,50 angulos/mes, y lo triste que les resultará pensar que necesitarán dedicar el salario de toda una semana para poder darse el gusto de tomarse una simple ración de angulas. No digamos nada de los más de 78.000 parados actualmente registrados en Asturias, por no decir los 4.500.000 parados que, como mínimo, tenemos en España, viviendo, muchos de ellos, en una situación económica límite.

     No es de recibo, ni serio, ni ético, ni siquiera estético, dar una imagen pública de derroche con este tipo de dispendios, ni aun bajo la disculpa de utilizar para ello  recursos particulares, máxime en la delicadísima situación económica que estamos atravesando, con tantas familias, muchas por desgracia, que, con una economía de supervivencia,  apenas tienen para poder llegar a fin de mes. No es tiempo de hacer este tipo de ostentaciones, que pueden herir la sensibilidad de los más débiles, sino de dar ejemplo de austeridad,  guardando los fondos y las formas. No se pueden permitir este tipo de frivolidades, ni siquiera de forma excepcional.

C.Díaz Fdez.                                                                                            
Oviedo 04/11/2010

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